Cualquiera que no haya pasado el último año totalmente desconectado de internet recordará el enorme impacto que tuvo, en mayo de 2017, el ransomware conocido como Wannacry. El brote, que se produjo de forma masiva a escala mundial, afectó a más de 300 mil dispositivos electrónicos de 180 países. Grandes empresas y multinacionales como Renault, FedEx, Hitachi; bancos, como el Deutsche Bahn alemán e incluso gigantes de las telecomunicaciones, como la española Telefónica fueron golpeados duramente en su momento y tuvieron que tomar medidas drásticas en cuanto a su seguridad informática.
El problema de Wannacry es que, primeramente, se comporta como un gusano, es decir, llega generalmente mediante el envío masivo de correos electrónicos y es capaz de autoreplicarse y expandirse de forma aleatoria a otros dispositivos con conexión a internet. Y no solamente ordenadores, también afecta a todos los equipos conectados en LAN, como se demostró en el brote registrado en Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, en el que se contaminaron escáneres, refrigeradores y equipamiento electrónico de quirófano. A nivel de impacto, Wannacry no elimina archivos sino que los bloquea mediante cifrado y se pide a los usuarios un rescate en Bitcoins.
Aunque la propagación remitió a partir de las diferentes actualizaciones de Windows publicadas por Microsoft, la amenaza de Wannacry está lejos de estar desactivada. Porque las vulnerabilidades, por desgracia, persisten. Y aunque haya pasado casi un año, se siguen registrando casos de un virus que puede suponer un enorme quebradero de cabeza a cualquier empresa, como han demostrado recientemente los ataques recibidos en empresas tan punteras como Boing.
Ante una amenaza global de este calibre, se hace imprescindible tomar medidas para evitar el contagio de Wannacry, así como de otros tipos de Ransomware. Para ello, contar con una estrategia de seguridad informática en la empresa, que defina qué protocolos se deben llevar a cabo y que calibre las posibles vulnerabilidades de nuestros sistemas ante este tipo de ataques es fundamental. Y es, además, exactamente lo que se ofrece a través del análisis de riesgos y vulnerabilidades, un servicio que damos IB Backup y mediante el que expertos hackers auditarán cómo de expuestos estamos ante las sorpresas que nos pueden deparar virus tan dañinos como Wannacry. De igual modo, tener a salvo nuestros archivos mediante copias de seguridad (externas y en nube), o contar con un equipo de profesionales especializados que nos pueda proporcionar asistencia en la prevención, control y eliminación de ransomware, son acciones que, como empresa, podemos tomar para estar protegidos.
Contacte con nosotros